Despedidas de madrugada -reflexion inobservada-

Tu cerebro se pone en on, abres los ojos, todavía es de noche o más bien de madrugada, torpemente buscas el reloj, marca las 3 y 15, otra vez el día para ti empieza muy temprano, empieza a ver al interior de tu cabeza todos los mensajes que tus otros "yo" te dejaron mientras estabas apagado, de nuevo piensas en esas otras múltiples personalidades que te acompañan, y que al parecer nunca se desconectan.

El balance es bueno, te levantas lentamente, el piso esta frió, como siempre, eso también es bueno, el mutismo supernatural de la noche es tu aliado de nuevo, te diriges lentamente hacia el baño, abres la puerta, cierras los ojos un momento y cuando los vuelves a abrir estas rodeado por varios policías que también hacen fila para orinar, lavarse las manos y la cara o simplemente para mirarse en el espejo, no se ven cansados, pero si parece que todos están recién levantados, igual que tu.

Suena en tu aparato de música algo de The Strokes, hay mucha gente en tu baño, ves como entran un par de mujeres que quieren maquillarse y hablan algo acerca de esos temas que nunca has comprendido (tal vez por que estas casi seguro que nunca has sido mujer), no les importa hacer la fila detrás de los polis y a ellos tampoco les importa que ellas estén haciendo fila, todo muy normal (piensas), todo muy como ocurre siempre a las 3 de la mañana.

Te cansas de esperar para echarte algo de agua en la cara y decides entrar a la regadera para bañarte, aunque sea inapropiado pensar en bañarse a esa hora un día impar, pero que se le va a hacer, abres la puerta de la regadera y te encuentras con que esta ocupada, dentro hay una mujer que se baña muy lentamente –y con agua caliente-, que despropósito piensas. Ni mas!, vuelves a la fila, ojeas en ejemplar de un periódico y simulas ser extranjero en tu propio baño, y es que los tiempos han cambiado y tu lo sabes, ya no se tiene privacidad en el baño a las 3 de la mañana en un día impar. No encuentras nada interesante en las noticias, buscas en tu maleta y sacas tu cámara, un par de fotos al infinito de la blanca baldosa del piso matizada por los colores del alma de los que están en el baño. Las mujeres se cansan de hacer fila y deciden no maquillarse y los polis piensan furtivamente en cuanto bien les haría algo del maquillaje de estas mujeres; los espejos se rompen, la música se apaga, la regadera se cierra y decides salir del baño.

Desistes del baño, vuelves a tu habitación, y piensas en volver a dormir, te diriges hacia tu cama, pero ella ya la esta ocupando, parece que duerme placidamente, decides no despertarla, decides contemplarla, decides pensarla, decides dibujarla en tu cabeza, decides amarla en silencio, decides dejarla ser, decides dejar de ser, decides colocar tu cerebro en off…hasta que a las 8 vuelvas a abrir los ojos y ella ya se haya ido.