puente en puente, fin de semana (retrospeccion en tiempo perfecto)

Y es indescriptiblemente maravilloso (por mas redundante que parezca) abrir los ojos y verte y sentirte solito parado sobre un anden de 40 cms, pensando en que te separan 300 metros de aire de las frías aguas de la represa del sisga. Fue tan maravilloso sentirme tan libre sobre ese puente que se movía indiscriminadamente al paso de las tractomulas y ver a lo lejos pequeñas embarcaciones. Me sentí solo, pero reconfortando mirando lo verde de las montañas y lo inconmensurable del agua desde allí, desde arriba.

Después fue espectacular estar sentado, junto a mi papa, en ese pequeño bote esperando que algún pez picara. Y ahora estoy aquí con mi sombrero, después de tanto tiempo, recordando a mi bisabuela, recordándome a mi y descubriendo esas otras formas mías de mi realidad.

Fue un domingo espectacular. Solo faltaron las fotos, pero no fueron indispensables.