Hace un par de meses, me puse en la tarea de hacerle una especie de seguimiento –no periodístico ni nada por el estilo, por supuesto- a una persona muy cercana a mí. Esa persona, para los ojos de los demás, era alguien que podía pasar como un "común y corriente", pero para mí (y debido a que lo conocía de vieja data) era alguien no único e irrepetible, pero si especial. Más o menos desde que empecé a observarlo (y anoto que no como objeto de estudio en el sentido más estricto de la palabra) me pude percatar de características que por su naturaleza no dejaban de ser especiales para mí.
Recuerdo ese ultimo día que lo vi, cuando las cosas no estaban tan bien y todo carecía de sentido, era un día muy nublado, hacia frió y una borrasca espantosa (como cualquier día en nuestra ciudad); él estaba sentado frente a su computadora –que era uno de los objetos con los cuales solía tener mayor interacción- con una expresión algo perdida, escuchaba una canción de esas que ya nosotros no escuchamos y que cualquier cadena radial ya tiene archivada desde principios del siglo pasado, sus ojos estaban también perdidos, pero lejos de ser inexpresivos mostraban un profundo dolor –de esos que difícilmente se pueden compartir-, según me dijo, una vez noto mi presencia, seguía pensando en ella (aunque ya no tan frecuentemente), en él mismo, en mi, en los demás y en nadie en especial y le dolía por que sabia que nunca mas lo podría volver a hacer.
Escribió algo mustio en su procesador de palabras y hacia de cuenta que yo no estaba ahí, de repente se deslizo una delgada y tímida lagrima por una de esas ventanas que dan al alma (según muchos) y hábilmente la acompaño con una expresión de sonrisa, que no venia al caso (y eso lo sabíamos los dos). Me ofreció un café –que por cierto no era su especialidad y para ser franco no se si tenia alguna, aunque no importaba- acompañado de un cigarrillo, fue un tinto rodeado de mutismo e infinidades de pensamientos de parte y parte.
Diversos momentos, sentimientos y escenarios confluían en ese lugar en el que nos encontrábamos, de su parte me confeso que había un dolor muy grande que llevaba a cuestas hacia mucho tiempo, aunque no lo podía definir muy bien, cosa con la cual yo tampoco lo he logrado. Sencillamente me indico que no quería seguir siendo o siendo así seguir, cosa que para el momento creí muy respetable aunque algo -muy- confusa.
Creo que el clima no ayudaba mucho para el desarrollo de nuestra conversación, me volvió la espalda, tomo su cámara –que era otro de los objetos con los cuales solía tener mayor interacción- y me pidió cortésmente que le tomara una fotografía, tomé la cámara y le pregunte que como quería la foto, a lo cual me respondió que quería que fuera una foto mientras que dormía por cuanto allí no había espacio para las poses que tanto nos incomodaban y acto seguido busco su cama y se acostó a dormir melancólicamente. Unos 20 o 30 minutos después de estar observando sus libros y un montón de papeles raros que pululaban por doquier sobre su improvisado escritorio, tome su foto sin pose, casi en un estado natural, casi en un estado de inexistencia, casi como me gustaría estar.
Fue un disparo, sin sonido, una ráfaga de mili(micro)segundos en los que algo de él alcanzo a quedar plasmado en la pantallita de la cámara, y después se apago, y lo vi por ultima vez y por primera vez sentí eso que durante mucho tiempo no quise sentir y así tome aire y mis cosas y di la espalda y ahora era yo el que estaba frente al computador con esa expresión algo perdida, con los ojos también perdidos pero lejos de ser inexpresivos, por que me di cuenta que él se mostró así esa única vez para dejarme ver cual era todo mi dolor…
Me dio pesar que te fueras así, pero en el fondo sabemos que fue lo mejor, y a lo mejor, algún día siga tus pasos y pido que cuando me vaya a dormir no haya nadie que me tome la foto para que no les haga saber cual es su dolor.
Hace tiempo dejé de vivir con la ilusión de encontrarme de frente conmigo mismo;
PS - Deseo agradecer por el buen momento del viernes a todos los asistentes al 2do Beer Meeting @ Toreto, en especial a La Egoteca, Licuc por la maravillosa conversacion (aunque demasiado corta por mi culpa), a schizoid por la invitacion y aunque no estuvo pero si lo pienso mucho por ser una de esas personas especiales Tyler.